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Glaucoma Crónico
El Glaucoma es una enfermedad crónica, lentamente progresiva que produce daño irreversible del nervio óptico. El nervio óptico funciona como un cable eléctrico, que envía señales desde la retina al cerebro, donde estas señales se interpretan como las imágenes que vemos.
En un ojo sano el líquido (humor acuoso) que circula dentro del ojo, se produce y se drena continuamente, manteniendo balanceada la presión intraocular. En el glaucoma, se producen alteraciones en el drenaje, lo que aumenta la presión intraocular y produce de manera crónica el daño a las fibras del nervio óptico.
Generalmente, el glaucoma no presenta ningún síntoma temprano, la enfermedad progresa lentamente y sólo produce pérdida visual cuando ya está muy avanzada. Pérdida de visión por glaucoma:
En un ojo sano el líquido (humor acuoso) que circula dentro del ojo, se produce y se drena continuamente, manteniendo balanceada la presión intraocular. En el glaucoma, se producen alteraciones en el drenaje, lo que aumenta la presión intraocular y produce de manera crónica el daño a las fibras del nervio óptico.

Afortunadamente, la detección temprana y el tratamiento adecuado, pueden ayudar a preservar la visión. Debido a esto, se recomienda que personas con factores de riesgo como diabetes, antecedentes familiares de glaucoma, o de ascendencia africana, asistan a valoración oftalmológica para un examen. Su oftalmólogo le hará saber con qué frecuencia debe regresar para exámenes de seguimiento.
Existe otro tipo de glaucoma que se presenta de manera aguda y produce síntomas tempranos, llamado glaucoma de ángulo cerrado; las personas de origen asiático y aquellos con hipermetropía tienden a tener un mayor riesgo de desarrollarlo y deben asistir a una valoración inicial por oftalmología para determinar el riesgo y valorar la necesidad de algún procedimiento preventivo.